Ordenar nuestros espacios💫

Una práctica que se refleja en nuestro interior.

Los espacios que habitamos influyen en nuestra sintonía, nuestra inspiración, nuestro fluir. Ser conscientes de ello y accionar en consecuencia nos direcciona en esencia.
El orden es un aliado para crear entornos que acompañen nuestro andar, nuestras actividades y nuestra vida cotidiana.

Esta práctica nos permite fluir en nuestro desarrollo, haciendo que cada sector de nuestra vida, con sus elementos, se ubique en un lugar que no entorpezca cuando no sea el momento de accionar con él y que, a su vez, se encuentre accesible y dispuesto.
De este modo, los espacios dejan de ser obstáculos y se convierten en ambientes de compañía profunda, simplificando nuestras labores e inspirándonos calma y tranquilidad.

Podemos empezar de manera sencilla, eligiendo un rincón de la casa, una mesa o un armario. Darle a cada elemento un lugar funcional y consciente es ya un primer paso. La búsqueda es expandir esta práctica a cada sector e integrarla en nuestro día a día.
Es importante hacer de esta acción un momento amigable. Adoptarlo como una autoinvitación de llevar a cabo una labor, pero de un modo distinto.
Podemos acompañar el momento con música, escuchando algo o en silencio. El clima lo generamos nosotros, y en ese juego interior encontramos que ordenar puede ser un instante de concreción y ligereza, dándole el tono con el que podemos fluir.

Lo ideal es adoptar un pequeño orden cotidiano y, cuando sea posible, regalarse un día a la semana para ordenar en mayor profundidad. Así nutrimos no solo el espacio, sino un hábito que nos acompaña en nuestro propio recorrido.
Recuerda, esta acción no tiene que ser un peso ni una tarea frustrante, es una forma de darnos amor, accionando en dirección a una vida con espacios armónicos, despejada y disponible.
Regalarnos orden es sembrar momentos de paz, de calma, que nos abren una puerta a habitar con más presencia cada paso de nuestro camino.

💫

Compartir en: